jueves, 6 de agosto de 2020

Tal vez

Los ojos son el reflejo del alma, y cada vez que me veo en los tuyos, puedo  ver las heridas que no han sanado.
Podemos escondernos detrás de una mentira, podemos ocultar el dolor, pero lo que hay en la mirada no lo puedes disfrazar.
Mi dolor y tu indiferencia, son sentimientos que no nos atrevemos a enfrentar.
Te conozco muy bien, no importa cuanto quieras imponer, al igual que yo, también tienes cierta sensibilidad; sé cuándo algo está mal, lo presiento con solo mirarte, aunque me quieras engañar e intentes ocultarlo todo.
Sigues poniendo la venda en tus ojos para no mirarme.
Sigues escondiéndote y yo trato de buscarte en cualquier sitio.
Sigues demostrando cobardía; porque es mucho más fácil ignorar todo que enfrentar las cosas.
Ambos estamos negando lo que sentimos, no aceptamos que estamos haciendo mal, nos seguimos lastimando inconscientemente, yo fingiendo que estoy bien al momento de verte y tú creyéndolo y también aparentamos que todo es perfecto, cuando en realidad, las cosas son muy diferente.
Hablamos y me duele ser hipócrita porque en realidad no quisiera verte, estoy tan enojada contigo, estoy mintiéndote, engañándote.
Tal vez tú tienes la mejor intención, me hablas sin ningún rencor y te muestras sonriente.
Aún así, sigues sin acercarte, sin demostrar que tienes la mínima preocupación, reflejas que no te interesa nada y sigues con tu camino mientras yo voy por el mío.
Tal vez, cuando nos demos el tiempo volveremos a ser transparentes y nos mostraremos tal y como nos sentimos ahora, podremos sanar heridas, dejarnos ir y empezar de nuevo.
Atte. Tu mente.

1 comentario:

  1. Este texto es de mi autoría, por respeto al autor deberías poner los créditos o mínimo mi pseudónimo, te estás robando algo que me pertenece.

    ResponderEliminar