Ella siempre encontraba por lo que sonreír, una historia contada, un chiste de esos malos, o cualquier imagen... eran las pequeñas cosas que la mantenían entera.
Pero este tipo de personas no duran mucho brillando, siempre hay algo que las apaga, a veces poco a poco y otras de golpe, sin saber el por qué.
Ella le buscaba el lado positivo hasta al día más horrible, pero tenía que reconocer que cada vez se cansaba más... porque ella se estaba sintiendo sola.
Las personas de su alrededor no son lo mejor del mundo pero ni mucho menos lo peor, pero digamos que son esas clases de personas que se acaban centrando en sus propios problemas, en su vida y llegan a ser egoístas.
Ella intenta hacer sentir bien a todo el mundo y hacerles el "gusto", vamos como el dicho, " mejor que en tu casa en ningún sitio". Pero este tipo de chica al fin y al cabo se va cansando, y es que, cuando llevas tanto tiempo intentándolo y pocas veces por no decir nunca recibes el mismo trato empiezas a apagarte.
Todo lo que conocía empezaba a tener un tinte triste, quizás oscuro, como la propia noche. Sabía que las cosas cambiaban, que eso era inevitable, pero lo que más odiaba es que eso, la cambiara a ella.
Crecer es importante pero no dejes que los demás te guíen a su manera, te impidan equivocarte y aprender de tus propios errores, no dejes que guíen una vida que es ajena a la suya.
Ella los entiende y no es eso lo que le molesta, si no el hecho de que esperen ha hacerlo de esa manera en la que ella se sienta menos para satisfacerse ellos.
Y es que la sonrisa al igual que muchas cosas, no es para siempre, habrá mil y una cosas que harán que te desaparezca esa sonrisa, pero debes aguantar y seguir adelante, porque nada se merece que borres tu sonrisa. Nadie.
