sábado, 17 de noviembre de 2018

Ojalá

Ojalá te enamores de alguien que sepa lo que vales, que a cada una de esas cosas que tú llamas "defectos", les ponga tu nombre y sueñe con abrazarlos cada noche.
Alguien a quien no le importe la hora que sea cuando sienta la necesidad de decirte que te quiere, que te despierte con un beso de buenos días y te de las buenas noches con uno de esos abrazos eternos que terminan solo cuando el sueño vence.

Ojalá te enamores de alguien que te diga cada día que eres lindo, que no ha visto algo más bonito en toda su vida. Alguien a quien no le de miedo decirte en voz alta que está loca por ti, que lo grite bien fuerte, bien alto, sin importar nada más que la sonrisa que te provoque saber que lo dice desde el corazón.

Ojalá te enamores y te amen como mereces. Ojalá esa persona entienda que incluso en tus peores días, cuando más frío estés o menos ganas de hacer nada tengas, su abrazo será siempre la cura de todos y cada uno de tus males, sus besos calmarán tus lágrimas y su mera presencia tendrá el poder de hacerte sentir como nuevo.

Ojalá te enamores de alguien que, aunque cometa errores, se esfuerce cada día por amarte con todo lo que tenga, por poco que sea. Así, cuando lo mires sabrás que se vacía cada día, que lo da todo por mantener siempre en tu rostro esa sonrisa tuya que le enamoró desde un principio.

Ojalá te enamores, ojalá no vuelvas a sufrir. Ten paciencia, un día llegará alguien capaz de besar las cicatrices que llevas arrastrando sin abrir nuevas heridas.

jueves, 15 de noviembre de 2018

No soy

No soy prototipo ni estereotipo, ni una figura a la que moldear ni una cara bonita o fea, ni un cuerpo gordo o delgado, ni unos granitos ni unas arrugas, ni unas zapatillas, ni una talla ni un qué bonita esa camisa.

No soy tu apunte de dedo ni tu murmureo, ni tu comentario ni tu crítica, ni tu ideal ni tu realismo, ni tu pasado ni tu presente ni quizá tu futuro.

No soy un Marlboro entre tus dedos, ni una bala atorada en el pecho, ni los puñales que llevo clavado en tu espalda, ni la forma en que me comporto ni en lo que pienso ni en lo que siento.

No soy los adioses que he dicho ni las apretada de mano que he dado, ni las palabras que me he tragado, ni los silencios que he reproducido, ni los infiernos en los que he ardido.

No soy el desborde de ningún río ni el desemboque a ningún mar, no soy la chica de mis sueños, ni que pesadilla de chica, ni la que se ve buena persona, ni el ojalá se quisiera un poco más.

No soy los colores que visto, ni la vulnerabilidad de las madrugadas, ni los inviernos anhelando volver hacia el pasado.

No soy tus conceptos, ni los míos: soy, así.
Sin más.
Del verbo ser.
Y qué bonito.
Y qué terrible.
Para ti, digo.

sábado, 3 de noviembre de 2018

...

Sigo sin entender por qué nuestras madrugadas están llenas de pensamientos absurdos, todos son tormentosos y nos recuerda lo mucho que nos hemos equivocado, haciendo daño a otras personas; haciéndonos daño a nosotros mismos.
Solo nos seguimos lastimando llevando consigo el total significado de ser "masoquistas"... poco a poco, hasta que nuestro corazón queda hecho pedazos.

Yo intento dormir, pero al cerrar mis ojos pienso, "desearía tener respuestas a todas las preguntas que me hago una y otra vez, pero sé que jamás las tendré".
Ojalá pudiera decirte frente a frente todas esas palabras que me ahogan, pero ya no quieres escucharme.
No permites que nuestras miradas se crucen, y que mis silencios se encuentren de nuevo con tu voz.
Quisiera decirte tantas cosas, pero el miedo y mi orgullo no me dejan hacerlo, al igual que tu cobardía te impide darme la explicación que me merezco.

Yo solo quiero encontrarme y salir de esta oscuridad.