viernes, 14 de agosto de 2020

Viajo

Viajo al ritmo de melodías etéreas y el tiempo se detiene; ya no existen los disturbios, ni los días, ni mi vida, ni mi aliento.                                       

Viajo a un lugar desconocido, justo en el centro de la nada; en el punto exacto entre la oscuridad que me apaga, y su luz que resplandece para hacerme brillar.

Viajo a su voz, a mi sonrisa, a mi olvido y a su recuerdo, viajo al café de sus ojos, y a la picardía de su mirada.

Viajo al silencio de su alma, y a mi pérdida, al infinito letargo que se llevó a mi estrella.

Viajo a la poesía de mis noches, a la calma de un mar abierto, indomable y libre; al anhelo de la lluvia, a un sueño frustrado; justo allí donde habitan mis ilusiones dormidas.

Viajo en un barco perdido, en letras y ritmos ajenos; viajo en mi adiós y a su huida, a mi escape y a su inocencia.

Voy como quien no espera nada, sumida en un suspiro eterno; dueña de una mirada algo ausente, ese es mi corazón viajero.

jueves, 6 de agosto de 2020

Tal vez

Los ojos son el reflejo del alma, y cada vez que me veo en los tuyos, puedo  ver las heridas que no han sanado.
Podemos escondernos detrás de una mentira, podemos ocultar el dolor, pero lo que hay en la mirada no lo puedes disfrazar.
Mi dolor y tu indiferencia, son sentimientos que no nos atrevemos a enfrentar.
Te conozco muy bien, no importa cuanto quieras imponer, al igual que yo, también tienes cierta sensibilidad; sé cuándo algo está mal, lo presiento con solo mirarte, aunque me quieras engañar e intentes ocultarlo todo.
Sigues poniendo la venda en tus ojos para no mirarme.
Sigues escondiéndote y yo trato de buscarte en cualquier sitio.
Sigues demostrando cobardía; porque es mucho más fácil ignorar todo que enfrentar las cosas.
Ambos estamos negando lo que sentimos, no aceptamos que estamos haciendo mal, nos seguimos lastimando inconscientemente, yo fingiendo que estoy bien al momento de verte y tú creyéndolo y también aparentamos que todo es perfecto, cuando en realidad, las cosas son muy diferente.
Hablamos y me duele ser hipócrita porque en realidad no quisiera verte, estoy tan enojada contigo, estoy mintiéndote, engañándote.
Tal vez tú tienes la mejor intención, me hablas sin ningún rencor y te muestras sonriente.
Aún así, sigues sin acercarte, sin demostrar que tienes la mínima preocupación, reflejas que no te interesa nada y sigues con tu camino mientras yo voy por el mío.
Tal vez, cuando nos demos el tiempo volveremos a ser transparentes y nos mostraremos tal y como nos sentimos ahora, podremos sanar heridas, dejarnos ir y empezar de nuevo.
Atte. Tu mente.