sábado, 21 de julio de 2018

"La culpa es mía"

"La culpa es mía
por creer otra vez
en ti.
Por dejarme guiar
por tus moretones
y heridas.
Por dejarme lamer la herida
con tu saliva
cuando sabía que no era
la única salida.
Que había más por ver.
Soñar.
Esperar.
Añorar.
Que el camino se hacía pequeño
y que tú cada vez te hacías gigante.
Porque no supe guiarme
más allá de lo que mi corazón
empezó a sentir por ti:
que te quería.
Y yo lo negaba rotundamente.
Y un día me di cuenta de que estaba
loca por ti.
La culpa es mía por esperar que no doliera
cuando en mi historial estabas como la principal causa
de mis vistas atrás,
de mis laberintos sin salida,
de mis causas perdidas,
de mis folios en blanco
y de todas mi agonías.
De todas las mentiras,
el que me amabas era mi favorita:
fue como ponerme de diana
y que tú me dieras justo en el blanco.
A veces pienso que la vida es
como un raro viento y un diente de león:
en un segundo se va todo lo que sujetabas.
Ni modo, toca ser fuerte.

Pera la culpa es mía;
nunca tuya.
Yo le abracé,
le hice mío
y luego dormí en su cálido regazo,
tuve pesadillas de si algún día te irías
y luego vi el otro lado de la cama vacío,
haciendo invierno
y yo con un frío insoportable.
La culpa es mía por creer
de nuevo
en el amor.
Y seguirá siendo mía,
porque he decidido,
siempre hacerlo."

martes, 3 de julio de 2018

Cuando te olvidan

"-Amor, teníamos una vida juntos
➙¿Qué nos pasó?

Esa vida nos resulta tan fría y lejana. La simple idea de regresar nos estremece los huesos y nos sacude violentamente el corazón que tan lleno de nieve lo tenemos.

Quiero decirte que el sabor dulce del vino fue perfecto aquella noche en donde nuestros cuerpo colapsaron y de esas chispas se creó un incendio universal.

Sé feliz en invierno y en verano, sé lo que quieras ser, pero sigue amándome, para que cuando te des cuenta, esté abrazándote por la espalda y susurrándote al oído; te olvidaste de que el mundo es redondo, tontito.

Y sonriamos juntos.

Mientras tanto, seguiré analizando cada una de las coordenadas que me da la noche para llegar a tu estela. A tu lugar.
En ese que no hace ni frío ni calor, que abriga y me dice que todo estará bien,, aun sabiendo que he pasado toda la vida perdida.

-Cariño, ya no quiero seguir siendo una perdedora
➙Bésam...

Y antes de que terminara la palabra, terminé la ración con un beso en el cual le decía: te voy  querer en toda mis vidas, sé que la muerte lleva el color de tus labios.

-Por favor... Despierta. Abre los ojos. -Me pegó unos golpes en el pecho, dicho sea: mi corazón ya había dejado de latir.

Yo ya me encontraba mirándole a una distancia abismal, viendo como la tormenta cernía sobre él, mientras estaba acurrucado sobre mi cuerpo sin vida.
Aquel paisaje me pareció el más triste que jamás había leído en ningún libro.

➙¿Por qué te fuiste?
-Sigo esperándote en tu próxima vida.

Esa tarde, a las cuatro en punto, el viento barrió algo más que su tristeza: mi recuerdo...
Morí por segunda vez.

Para siempre."